martes, mayo 15, 2007

Sachsenhausen

SL: Llevamos varios días pensando en como enfocar este post. Ha sido una visita que ha seguido reproduciéndose en nuestras cabezas toda la semana. Finalmente aquí están las fotos.
JU: En el 36 se construyó Sachsenhausen, concebido como un triángulo inexpugnable en el que acorralalar a humanos, un logro de la llamada Arquitectura del Terror, un orgullo personal del Führer. Al principio los prisioneros eran en su mayoría oponentes del régimen nazi, gays... los grupos racialmente inferiores se sumaron más tarde.
SL: Miles de personas murieron de enfermedades, hambre, malos tratos, trabajos forzados, finalmente exterminio pulcramente sistematizado. Las listas que el personal del campo mantenía y actualizaba de todo lo que allí pasaba son aterradoras.
JU: Sachsenhausen alojó todo tipo de escenas macabras detrás de los muros del recinto... El casino de los SS repleto de oficiales organizando bailes para los vecinos del pueblo, las jeringuillas letales de los experimentos con humanos, la banda de música ensayando extraoficialmente junto a la sala de disecciones, los prisioneros cargados con mochilas y corriendo en el campo de pruebas de botas para comprobar la resistencia de las suelas, el estanque con peces de colores de la casa del Comandante, falsificación de dólares y libras por toneladas en aquel intento fallido de devaluar la moneda del enemigo, las fosas comunes, las chimeneas del crematorio...
SL: Y todo a muy pocos minutos de la capital del mundo. Cuando llegaron los rusos en abril del 45 sólo pudieron liberar a los de la enfermería. Los otros 33.000 que quedaban estaban camino del mar en lo que se conoce como la Marcha de la Muerte. Supuestamente el plan era embarcarles a todos para después hundirles en el Báltico.
JU: Los nazis dejaron el listón de la canallada demasiado alto. Ya conocíamos que el hombre es un lobo para el hombre, que el barniz de civilización que cubre nuestros anhelos más oscuros se desmiga con demasiada facilidad ante una situación extrema, pero esto es algo diferente. No eran gente embrutecida. Eran personas en las que el barniz cultural brillaba en todo su explendor, que llevaban la camisa impecable, con las que te codeabas en la ópera, que despertaban suspiros entre las jovencitas, que cumplían en el trabajo con una profesionalidad sin tacha.
SL: Humanos, alimaña somos.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Stalin era un paranoico y a cada brote de locura morían cientos de miles, millones de sus conciudadanos. Muy humano. Pero lo que obsesiona del nazismo es su frialdad, su brutal precisión quirúrgica. Aquello, simplemente, no era humano. No podía serlo. No quiero.

Anónimo dijo...

Nein, nein, mein Freund. Tut mir leid. Humano, demasiado humano. Puede que los lideres fueran unos megalómanos psicóticos, algunos, pero en las academias de oficiales entraban cientos de jóvenes (18, 20 años) de lo más sano y predispuesto. Unas 950.000 personas formaron parte sólo de las Waffen-SS.
Todo depende del contexto.

Unknown dijo...

Ahí está lo que digo: esa frialdad absoluta, esa complacencia... Se dice que el comunismo es heredero de la ilustración, pero ¿de quién es heredero el nazismo? ¿Qué razón pudo contener tal sinrazón entre uno de los pueblos más cultos del mundo? Hay algo en ello, por mucho que haya leído, que no soy capaz de asimilar. Humano, demasiado humano, presagió Nietzsche: tanto, que el resto despiertan una mañana convertidos en insectos.