Hitos

JU: Mi hermana y su pareja pasaron unos días en Berlín con nosotros. Ramón posee la mirada del ingeniero, y en uno de nuestros paseos nos descubrió un detalle de la ciudad que nunca hubiéramos percibido.
SL: Berlín está llena de hitos.
JU: Hitos colocados en el terreno. Por su especial característica de ciudad constantemente reconstruida, los topógrafos no han parado de recorrerla, señalizando puntos desde los que efectuar sus mediciones. Son pequeños puntos en el suelo, entre junturas de baldosas. En la cabeza de los hitos ponen un clavo para referencia al medir.
SL: Ahora descubrimos fácilmente en muchas esquinas la marca del levantamiento topográfico.
JU: Hay también otro tipo de hitos. Rocío y Ramón van a tener su primer hijo. El día que nazca será su particular hito.
SL: Al final, todos los hitos en nuestras vidas son cartográficos: nos distinguen como individuos, pero al tiempo nos ayudan a representar nuestro territorio. Colocan mojones en el paisaje de lo que nos es contemporáneo, y esos hitos singulares facilitan el reconocimiento de un panorama propio y a la vez plural. Estacas de agrimensor o miras de topógrafo, los hitos de nuestros amigos y familia delimitan una parcela vital y cultural, y, como delgados postes que emergen de la nieve, permiten al cabo del tiempo adivinar el trazado de los caminos por los que ha circulado nuestra gente. La multiplicación de hitos multiplica los mapas y, por más que cada cartografía privilegie un aspecto distintivo, llega un momento en el que la superposición de las cartas nos orienta.
JU: Ahora somos observadores más conscientes del terreno que pisamos, no dejamos de mirar el suelo.