lunes, marzo 27, 2006

Otros Chicagos

SL: Nos aventuramos por Chicago en busca de la zona coreana. Desde Lincoln Square hacia el oeste.
JU: Las luces de los neones de los comercios mutan en formas extrañas. Cursivas árabes en cafés egipcios, el alfabeto latino transmuta en su variante croata, en la tienda de al lado en variante vietnamita anuncian rebajas, tarjetas telefónicas pre-pago en triplicado: español, griego y turco, menús en el fashion hangul coreano.
SL: Hay que contar lenguas en decenas, es el caos urbanístico y lingüístico el que nos atrapa. Nos empuja a seguir cruzando calles, paramos en una pastelería griega, compramos baklava y spanakopita para el camino. Al pasar por un comercio latino nos pertrechamos de mole, lentejas y de una crema búlgara de pimientos, alcachofa y ajo que está de oferta.
Tres bloques más al norte, una peluquería arabe sube las persianas y divisamos unos tipos sentados, apoyando la pierna en la rodilla, moviendo las chanclas en perfecta simetría.
JU: Entramos en un pequeño restaurante de algún país de la Europa del Este, no reconocemos el alfabeto del menú, y se produce una extraña situación en la cual unos sujetos de mirada penetrante nos deshuesan en un silencio inexplicable que dura minutos, casi horas. Con el mismo silencio abandonamos el local. Acabamos en un restaurante griego bebiendo pinot, sin comprender todavía muy bien el incidente.
SL: Salimos hacia la parada del metro y nos topamos con un edificio increible, una antigua tienda de música, de cuando el barrio estaba habitado por familias burguesas judías, la casa Krause, con ornamentos art nouveau en terracota que se extienden del escaparate al techo. La tienda está entre dos comercios, con una pequeña placa que la señala como obra de Sullivan. Está cerrada, el último negocio que abrió en el local fue un restaurante asiático. Todavía se ven los biombos tras los cristales.
JU: Abandonamos el barrio con la idea de repetir otra tarde. Van a ser tres años los que hagamos aquí en Chicago, y la ciudad sigue siendo tan masiva como sorprendente.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La historia de la inmigración...

Anónimo dijo...

¡¡Mi úvula!!

Anónimo dijo...

Maravilloso. Escribid más de esto.