viernes, mayo 20, 2005

Montreal



JU: Interesante burbuja de tres dias en Montreal, con escala absurda por cuatro aeropuertos yanquis.
SL: Es lo que tienen los billetes de avión baratos.
JU: Llegando desde los usa, la primera impresión es que te metes en una variación de la matrix americana. El aspecto del centro es similar: los comercios, coches, grid a escuadra, dos payasos raperos y unos cuantos rascacielos ochenteros. Te dices que la única diferencia clara es que han tenido la peregrina idea de hablar francés, a estas alturas. La ciudad nos lo desmiente: zonas históricas que nos hablan de la vieja Europa, aunque haya algo en los adoquines que no te deje olvidar que estás en el nuevo continente. Francia está también en los grandes edificios del siglo pasado con ese diseño que quiere ser moderno y funcional, y que le gustaba tanto parodiar a Tati.
Cafeterías: donde se plasma el gran respeto que le tienen los canadienses a su ocio. Miles de ellas, maravilla que celebramos especialmente ya que en Chicago (me niego a contar los Starbucks) el hecho de dedicar un establecimiento al único propósito de servir café o té y pasar un rato charlando o (cielos) leyendo alguno de los periódicos allí proporcionados, es, simplemente, un concepto desconocido. Café de verdad.
SL: Percepción cultural.
JU: Lo dices porque tú no bebes café. Lástima que no pudimos leer la mayoría de los periódicos porque estaban en francés, pero nos contentamos con repasar atentamente los pocos anglos, que se dedicaban, al menos ese fin de semana, a hacer encaje de bolillos para vociferar que en Québec los partidarios de la independencia son una minoría desdeñable. Y para ello recurrían a todo tipo de encuestas, gráficos y estadísticas. Parecía este, en general, un tema nada baladí.
SL: Ese invierno atroz de menos veinte bajo cero.
JU: Por ello surge la ciudad subterránea. Da miedo. No es una ciudad, es un centro comercial gigante que hace 5 años tenía ya más de 2000 tiendas y 30 quilómetros de pasillos. Hoteles, oficinas, cines... Todo ello con el clima controlado y estaciones de metro sin tener que salir a la calle. Y sigue creciendo caóticamente. Aterrador, sobre todo las historias sobre nativos que se han llegado a pasar semanas e incluso meses sin ver la luz del sol. Por innovador que parezca el concepto, no es en nada diferente a cualquier otro centro comercial.
SL: Será por eso y por su poder adquisitivo, que se han acostumbrado a consumir ferozmente. Ni en los usa hemos visto tanta superficie comercial junta, porque encima tras el invierno hay que sumar las del nivel calle.
JU: Venimos cansados y abrigados de esta primavera que no llega.
SL: Vida del norte.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No acabo de ver el filo de las reflexiones, pero vaya...

Anónimo dijo...

Por cierto, esos son vuestros pies?

Anónimo dijo...

Sl, yo sí que sé cuales son tus piés.

Beg

Anónimo dijo...

Nosotros de París tenemos sombras.

Beg