jueves, marzo 27, 2008

Felices Pascuas

SL: Esta es una historia de Pascua.



SL: Hoy recogí del buzón una notificación de Correos, alguien había enviado un paquete a JU. No había remitente, no recordaba que tuvieramos nada pendiente, pero apellido y dirección coincidían... En fin, fui a recoger el bulto, que resultó ser una caja perfectamente precintada. Cuando llegué a casa corté la cinta, abrí las solapas de cartón y esto fue lo me encontré:



SL: Una caja llena de huevos de chocolate, dulces, bombones, junto con un pollito de mazapán en una canasta con cuatro huevos duros coloreados a mano. También la acompañaba una carta. Un padre felicitaba la Pascua a su hijo desde un pequeño pueblecito alemán. Estaba escrita a mano, la letra tenía el aire entrañable de haber aprendido caligrafía con pluma y tinta.
Comprendí que el regalo no estaba dirigido a nosotros. El apellido de JU es común también en Alemania, lo cual habría propiciado la confusión del cartero.
Así, por unos momentos, he participado de la felicidad tonta de recibir chocolates y huevos de colores cuando llegan estas fechas, justo a tiempo porque mañana devolveré el paquete y el sábado volaré a Belgrado.
Una historia de Pascua.

1 comentario:

Anónimo dijo...

mola el pollo bizco