JU: El quiosco de madera verde sobresale de la fachada de la casa del Dragoman Hadjigeorgakis.
SL: Dragoman, parece un fabuloso cargo de un fabuloso reino.
JU: Bueno, más bien de un imperio perdido. Dragoman era el hombre de confianza cuando los otomanos controlaban la isla.
SL: Una especie de gobernador, vaya.
JU: Este en concreto se enriqueció más de la cuenta recolectando impuestos.
JU: Dentro del mismo quiosco, una mecedora y la sensación del observar sin ser visto.
SL: Las salas de la mansión rivalizaban en lujos con la capital del imperio.
JU: Su suntuosidad y avaricia acabó por provocar las iras de los locales, Hadjigeorgakis tuvo que huir de la isla, y a los años acabó decapitado precisamente en la misma Constantinopla.
SL: El Dragoman descansa en el patio.
JU: El Dragroman huele a naranjos.
SL: El Dragoman se va a dar un baño.
JU: El Dragomán contempla la luz del techo desde su hamam privado.
martes, diciembre 16, 2008
La casa del Dragoman
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1 comentario:
A ver... El cotilla de la tercera foto... Que deje de espiar a las chicas del harén... Que se ponen nerviosas y luego no rinden...
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