SL: Aquí estoy huyendo de Gunther en Alexanderplatz, antes de refugiarnos en el mercadillo de Navidad para tomar unos Glühwein, el vino caliente que despierta manos y mentes del frio invernal de Berlín.
JU: Hace casi dos años que no habíamos visto a Gunther, desde nuestro paso por las escuelas americanas, no habíamos tenido la oportunidad de coincidir en otro país. Esta vez ha sido en Berlín.
SL: Hablamos de Chicago, de las escuelas, de los niños del gueto, de sus viajes por Latinoamérica este año, de su nuevo destino en Azerbayán...
JU: Ambos hicimos pases de fotos interminables... Aquel verano en España, el otoño de Japón, las hojas rojas de los árboles en Kamakura, el sushi del super de Nerima, los olores y ruidos de Tokyo, aquel mes en Benidorm, nuestra llegada a Berlín, la ciudad, los alemanes...
SL: Sus fotos abrazando llamas en Machu Pichu, en pueblecitos coloniales, en Colombia, en Lima, en Cartagena, en Osaka... Digamos que no ha perdido el tiempo.
JU: Cuando cumplió este nuevo año se fue a Baku via Riga. Le espera otro año de nuevas historias que contarnos.
domingo, enero 06, 2008
Viejos amigos
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6 comentarios:
¡Qué bueno Gunther! Le recuerdo de aquellas navidades.
Riga era inevitable, la puerta a la antigua URSS; lo conecta casi todo.
Y por dios, quiero un sombrero de piel de esos.
Seguro que en Riga encuentras como esos y mejores...
Azerbayán está a un tiro de piedra de Aiseul, así que cuando querais...
¿Estais brindando con dos botas...?
Si, efectivamente se trata de tazas con forma de botas. Cada mercadillo tiene tazas diferentes, como pagas una fianza por las mismas después de beber el Glühwein se devuelven... o también te las puedes quedar...
Es parte de la tradición, supongo.
a nosotros tambien nos alegra verlo de nuevo, es un viajero incansable, bsos de Ramon y Rocio
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