domingo, septiembre 21, 2008

Lárnaca y Lázaro



SL: Este fin de semana buscando el mar.
JU: Dirección sur hacia Lárnaca, uno de los puertos importantes de la isla.



SL: Lárnaca tiene una iglesia preciosa, construida en el siglo IX para, nada más y menos, que albergar la tumba de Lázaro, el amigo de Jesús, a quien éste resucitó de entre los muertos.
JU: No hay como estar bien conectado.



SL: Tras semejante favor, Lázaro se dedicó a propagar el cristianismo en Chipre, en concreto en Lárnaca.
JU: Mal no le iría, porque llegó a ser obispo durante treinta años.
SL: Total, que cuando se murió...
JU: Quieres decir, por segunda vez y definitiva...
SL: Si, cuando se murió de nuevo, lo enterraron en el lugar donde ahora está la iglesia.
JU: Tras años de invasiones árabes, los restos del bueno de Lázaro acabaron olvidados. Hasta el 890, año en el que redescubrieron la catacumba y ya no lo dejaron descansar tranquilo. Lo llevaron a Constantinopla, después a Marsella...
SL: En fin, una fiebre de reliquias propia de Baudolino.



SL: Volvamos a donde nos dirigíamos.
JU: A la playa.
SL: Nunca me había bañado en un agua tan caliente.

viernes, septiembre 12, 2008

Tres cáctus, un dátil



SL: La sombra en este país se atesora.
JU: Cuando llegamos nos recibieron 40 grados, uno detrás de otro.
SL: A estos tres de arriba no parece molestarles mucho.



JU: Y al dátil que se cayó al suelo tampoco.
SL: Acabará devorado por una de esas hormigas enormes que he visto hoy, esas con caparazón negro y brillante.



JU: Se habrá caído de alguna palmera.
SL: En esta época están rebosantes de frutos.

martes, septiembre 09, 2008

La casa de Chipre

SL: OK, ahí va el comienzo. Bueno, por lo menos para mí, así ha sido siempre, el comienzo cuenta realmente desde el momento en el que te mudas al sitio donde vas a vivir.
JU: Tu casa, vamos.
SL: La que será de nuevo la casa este año.
JU: Bueno, no hemos tardado tanto en encontrarla. Aunque vimos muchos pisos, pateando bajo este sol chipriota de castigo.
SL: La primera imagen, lo que se ve por la enorme ventana del salón. La luz es tan cegadora que la cámara encuadra a la perfección el paisaje: un barrio residencial en Nicosia, cerca del centro, olivos y palmeras.



JU: Al salir del piso, las escaleras.



SL: Antes de salir a la calle, la sombra del arbusto enorme lleno de flores que cubre en arco toda la entrada, nos resguarda del resplandor cegador del mediodía.



JU: Nos vamos de casa, la bungavilla y el buzón se quedan.