jueves, julio 31, 2008

Mostar



SL: Un día cualquiera en Mostar.
JU: Los locales discurren distraidos por las calles empedradas antes de que caiga el calor.
SL: Otros aguardan a los turistas en conversación pausada. A sus espaldas, el mensaje grabado en piedra al final de la cuesta.



SL: Mostar, capital herzegovina, un pueblo precioso a orillas del río Neretva, que divide la ciudad en dos partes.
JU: De entre las casas de piedra, al fondo, se asoma el minarete de una de sus mezquitas.



SL: La joya de la corona: el reconstruido puente de Mostar, considerado símbolo de unión entre las dos culturas.
JU: Católicos croatas y musulmanes, oeste y este del río Neretva.



SL: En este pueblo hay más desafíos.
JU: Todavía los jóvenes locales retan con su salto desde lo alto del puente a las propinas de los turistas.



SL: Nos perdemos sosegadamente en las calles medievales del casco.
JU: Sigue el viaje.

martes, julio 22, 2008

Señal en el parque



SL: Un día de sol cegador en Mostar, Bosnia.
JU: Camino a la plaza de España, paseamos por un bonito parque.
SL: Pelota, cuidado con las bicis, coches fuera, nada de perros en el césped...
JU: Hace que no veía una prohibición expresa de armas desde nuestros tiempos en los States.
SL: Si, en la puerta de los supermercados de las gasolineras.

miércoles, julio 16, 2008

Más de Croacia



SL: Ya desde España, recopilando todas las fotos que hemos hecho de nuestra vuelta por los Balcanes. Esta tanda pertenece a Croacia.
JU: Desde Korcula escribimos la última entrada, pero repetimos tema.
SL: Huele a lavanda por todas las islas. La costa dálmata se ofrece pletórica, acción y gracia de una blanca y precisa luz mediterránea.



SL: Rincones de piedra, con salida al mar.



JU: Agua azul, cristalina.



SL: El sol en los tejados naranjas.



JU: El dolce far niente, el discurrir lento y caliente.
SL: Al volver, como siempre, algún comentario de "como en España en ninguna parte".
JU: Ni bajo el sol de Croacia, ni en las tardes de café helado berlinés, ni durante el atardecer en las montañas sagradas de Kamakura, ni sobre el Danubio tras una noche de farra en Belgrado, ni sorbiendo margaritas junto al Pacífico mexicano, ni con las luces del downtown Chicago iluminando el salón...